PORTADORA DE LO ETERNO
Guarda la poesía sutiles
pensamientos
que transmite al poeta,
que es su fiel mensajero.
Guarda la poesía aromas
de “te quiero”
en un frasco de plata
junto a sus sentimientos.
El corazón del bardo,
tatuado en sus cimientos,
porta el dulce calor a un
lienzo inmaculado
en el que el alma plasma
su espíritu arrobado,
carente de limosnas, mas
lleno de esperanza
en que el día nublado
cederá a la bonanza
y el mundo atrapará su
espejismo añorado.
En este mundo nuevo el
lienzo cedió el paso
a la fría pantalla y al
inculto teclado
que ahora nos conducen
hacia un mundo anhelado
en el que la armonía se
imponga al triste ocaso.
Y que triunfe la paz en el
bello Parnaso
en el que todos juntos
vivamos como hermanos,
como amigos virtuales de
sentires cercanos,
como Cristo lo quiso en la
cruz del Calvario,
en la que padeció,
cubierto de sudario,
por la hermandad terrena
que cantan estas manos.
En el orbe virtual viven
afectos sanos
dispuestos a luchar en pro
del mundo entero,
dispuestos a querer con
aprecio sincero
a todo el universo como
buenos cristianos.
Los destellos de Dios se
observan en los pianos
que tocan maravillas a
través de los versos,
unos versos de amor en los
tiempos adversos,
unos versos de vida y
alabanza a lo eterno,
que mora en nuestra mente
en este duro invierno
en que, por mor de Dios,
nos hallamos inmersos.