SOLA ENTRE RECUERDOS
Si pudiera dormirme entre tus brazos,
anclarme a tu cintura en la
alborada...,
gozaríamos de la madrugada
y el sol nos besaría con sus brazos.
Pero no estás..., y ya no quedan lazos
que encadenen tu estampa a mi almohada,
se alejó la caricia codiciada
para dejar ausencias de regazos.
Mi piel no vive sin tu piel ausente
y mi amor, maldecido vive en mí,
aunque encuentre tu rostro en cada
esquina.
Mi corazón implora esa simiente
que solo de tus labios recibí
como ese beso de la lluvia fina.
Maria Oreto Martínez Sanchis