Quisiste enamorarme con palabras galantes,
Con susurros de brisa, con miradas amantes,
Con el hálito tierno de tus dulces caricias,
Con la magia inminente de tu suave malicia.
Escucha mis pesares y nunca me abandones,
Que como vendaval surgen las emociones
Del silente latido del corazón ufano
Que en tortuosa penumbra palpita ardiente y vano.
Amor y sortilegio, en frente mano a mano,
Luchan en cruel batalla armados con cañones:
Miel en los tersos labios y hechizos por canciones.
Oh, amor sin medida, verdades elegantes
Esconde tu mirada, certera en opiniones,
Cielo azul de misterios, mar de las ilusiones.
Maria Oreto Martínez Sanchis