diumenge, 27 de febrer del 2011


Eres el pecho altivo que me sirve de refugio,
Eres los brazos fuertes que me ayudan a navegar,
Eres el hombre dulce que acaricia mis sentidos,
Eres el alimento que nutre de mieles mi despertar.

Eso y más, amado mío, representas para mí.

El silencio con que me abrigas cuando estoy triste,
La ternura que aplaca mi cobardía hacia el devenir,
La alegría que ilumina mis ojos melancólicos,
La pasión que arrastra mi sombra a proseguir.

Eso y más, amado mío, representas para mí.

La sabiduría silente ante mis enojos,
El consejo sabio que guía mi caminar,
La naturaleza bondadosa que me acompaña,
La fogosidad que alimenta mi soñar