Esquiva huí de ti, cruel censura,
sombra sin alma, soga sin piedad,
que arranca del pálpito la verdad
y convierte en fealdad la hermosura.
Luces, vanidosa, bellos vestidos,
altanera yergues el poderío
con el que arruinas el valiente brío
de aquél que se opone a los sinsentidos.
Nunca más hieras brillantes ideas,
nunca más causes terribles peleas
que el mundo anhela poderse expresar.
El mayor tesoro está en aceptar
cualquier ilusión que haga despertar
la imaginación, aunque no la creas.