dimecres, 16 de març del 2011

TEMPESTAD AZUCARADA

El algodón de azúcar de nuestra vida
se deshilacha triste cuando suspiras.
Amor de terciopelo, azul y plata,
envuélveme con tu manto
de arenas blancas.
Ámame, niño, cadena de oro,
portal del cielo, corona al viento.
Ámame, niño, bésame pronto,
que tu marea dulce cubra mis antojos.
Méceme, niño, entre tus brazos,
y allí, acurrucada, olvidaré mis fracasos.
Lava líquida sobre mi pecho,
canto risueño tu aleteo.
Pasión dorada sobre la almohada,
cabellos en pugna, azabache y ámbar.
Las turbulencias de nuestros amores
pugnan gozosas, tintas en aire.
Diáfanos, niño, son nuestros deseos,
tempestad silente cual terciopelo.
Corona ostentas, mi mar sincero,
y en el diamante están nuestros besos.