ANTE LA INMENSIDAD DEL GLACIAR
Solo me queda un peldaño, un peldaño nada más...,
para abrazar el profundo instante de una maldad,
pues el ser humano busca convertir en heredad
este mundo que se acaba por culpa de Satanás.
Es un mundo destrozado que arrastra toda bondad,
es universo humillado que desconoce la ley
que el Señor nos regaló como padre y como rey,
una norma de respeto para nuestra identidad.
Solo me queda un peldaño para entregarme al abismo,
pues mi corazón rendido se ofrenda sin aflicción
a este glaciar partido, símbolo de destrucción
que el ser humano ha bordado en aras del egoísmo.
El planeta se cuartea porque el hombre lo destruye,
quemando los viejos bosques y amotinándose en guerras.
La avaricia es el camino que destroza nuestras tierras
y mis piernas se adelantan hacia el nevero que fluye.
El planeta es un volcán que licua la fría nieve...
Todo es agua en este mundo y a mí me queda un peldaño
para acabar el camino que me llevará al "antaño"
bello y libre paraíso...¡Que el momento sea breve!
Maria Oreto Martínez Sanchis