SIN VUELTA ATRÁS
Piel de Otoño en un corazón
macerado de recuerdos,
que lancean un alma
sumida en el ayer.
Mi corazón es una nostalgia que perdura
como el fragante jazmín
en el estival patio.
Son nostalgias que fulminan
las entrañas de un espíritu cansado.
Y, sin embargo, mi mente,
esa ardorosa mente que no cesa de pensar,
te percibe liviano en su interior;
te percibe como si los otoños
no se hubiesen abalanzado
sobre el alma desnuda,
agujerada de melancólicos silencios
y de inexpugnables añoranzas.
Piel de Otoño en el corazón
que late vacilante como un reloj,
tic tac, tic tac..., sin fuerza,
con una monotonía de siglos,
sin esperanzas.
Cesaron las primaveras y los veranos
y llegó inquebrantable
el fantasma que penetra por caminos torcidos,
el fantasma que no se desea,
el fantasma al que nos conduce la existencia.
Percibo su gélido aliento
fundirse en un corazón de terciopelo antaño,
vestido de Piel de Otoño hoy,
vestido de la miel amarga, del rictus esquivo
de un camino sin vuelta atrás.
Corren silenciosas las manecillas del reloj
reclamando paz,
reclamando calma...
Mi corazón vacío
late a su compás.
Maria Oreto Martínez Sanchis
València, España