Hermoso despertar a la alegría,
cascabel que resuena en mis oídos,
antorcha que inflama mis sentidos,
esos eres, combativa poesía.
En el país de la melancolía,
donde el hambre y la guerra señoreen,
donde el rencor y la desidia imperen,
allí combatirás con tu armonía.
Lecho cruel e infamante de agonía
es la tierra, aquella en que vivimos,
cruel hogar, carente de fantasía,
que arremete con sorna nuestro duelo,
sin que su mente falta de armonía
airosa brinde el mínimo consuelo.
airosa brinde el mínimo consuelo.
Madre poesía, tu arduo tesón,
tu valentia innata y tu desvelo
acabarán con la loca presión
acabarán con la loca presión
que es la tea de nuestro desconsuelo.
Maria Oreto Martínez Sanchis