En lecho humilde naciste,
hermano de la pobreza,
huérfano de la pereza,
Pablo Neruda viviste.
Excelsa ideología
floreció en tu noble mente,
pero no fuiste consciente
del peligro que corría.
Te buscaron por doquier
y tuviste que huir,
de tu patria dimitir
hasta conseguir volver.
Fue Isla Negra tu refugio,
tu cayado y talismán,
tu piélago de coral
tu alma marina y tu efugio.
Maria Oreto Martínez Sanchis