LOS LAÚDES CELESTIALES
Los laúdes celestiales
anuncian un nacimiento
y el cielo con sentimiento
se consagra a los mortales.
La luz del Sol a raudales
penetra con alegría,
huye la melancolía
de los brazos del Señor,
pues es nuestro Redentor,
Jesús, Hijo de María.
anuncian un nacimiento
y el cielo con sentimiento
se consagra a los mortales.
La luz del Sol a raudales
penetra con alegría,
huye la melancolía
de los brazos del Señor,
pues es nuestro Redentor,
Jesús, Hijo de María.
Resuene la simpatía
en las hermosas canciones
que abrirán los corazones
al vástago de María.
Resuene nuestra alegría,
pues ha nacido en Belén,
para nuestro santo bien,
el fruto del compromiso
entre Dios, uno y diviso,
y la humanidad...¡Amén!
en las hermosas canciones
que abrirán los corazones
al vástago de María.
Resuene nuestra alegría,
pues ha nacido en Belén,
para nuestro santo bien,
el fruto del compromiso
entre Dios, uno y diviso,
y la humanidad...¡Amén!
Los ángeles en el cielo
interpretan villancicos
para que pobres y ricos
amen con todo su anhelo.
Los sones licuan el hielo
que se extiende entre las almas
y rezuman gotas calmas
de los ojos que han creído
en Jesús recién nacido,
y ensartan hermanas palmas.
interpretan villancicos
para que pobres y ricos
amen con todo su anhelo.
Los sones licuan el hielo
que se extiende entre las almas
y rezuman gotas calmas
de los ojos que han creído
en Jesús recién nacido,
y ensartan hermanas palmas.
Maria Oreto Martínez Sanchis