Eres, paloma, el
sueño del poeta,
la mensajera de su
inspiración,
la que produce que
el bandoneón
suene triste en su
espíritu de asceta.
Eres, paloma, dulce
niña inquieta
que en los poemas
dona el corazón
al componer la más
bella canción
que hable de amor
con intención coqueta.
La poesía es
contento y llanto,
es la expresión de
un sentimiento puro
y el descanso en el
denigrante ocaso.
Todo aquel que se
abstrae en el fracaso
tropezará con un
manjar seguro
si comprende del
verso el fiel encanto.