VIERNES SANTO
(OCTAVAS REALES ALEJANDRINAS)
El Viernes de
Dolores precede al Viernes Santo,
el día en que murió
Jesús el Nazareno,
que nos salvó del
mal en un día de espanto,
ya que murió en la
cruz por un pecado ajeno,
la culpa original,
del paraíso llanto,
que salvó su valor
en un día de trueno.
¡Señor...!
Agradecida, ruego que nos liberes
de todo mal camino a
los humildes seres.
Debemos perseguir la
senda del recato
para alcanzar la
estela de los pasos de Cristo.
Debemos escapar del
lujo y del boato
y que la sencillez
sea nuestro modisto.
Debemos
prosternarnos y ser de afable trato
y seguir a Jesús
como favor previsto.
Debemos dar amor, un
amor infinito,
amor sin
condiciones, un amor exquisito.
Señalada la estela,
Jesús ascendió al cielo,
resucitado y hombre
después de redimirnos.
Los benditos humanos
llenos de su consuelo
imploramos con ansia
que vuelva a reunirnos.
¡Amado Hijo de
Dios! Concédeme el anhelo
de que el hombre
liquide las guerras para unirnos
en un planeta libre
donde no haya esclavos
y sembrar gratitud
al dolor de tus clavos
Maria Oreto Martínez
Sanchis